15 octubre 2001

Como cualquiera puede comprobar por el tiempo transcurrido, mis buenos propósitos quedaron en agua de borrajas. De todas formas, no descarto hacer algún día un log tan activo como el de mi amigo virtual Mariano Al Fumeta. Pero vamos al grano:

Osama, Orwell y la superheroína

La frase se atribuye a Churchill, y suena con creciente frecuencia en estos días: "la primera víctima de la guerra es la verdad". Si la cita había venido siendo utilizada por los activistas que nos oponemos a esta mascarada cara, fanática, contraproducente, criminal y criminógena que se ha dado en bautizar como Guerra Contra (algunas) Drogas, con más motivo viene al caso cuando en esta guerra de nuevo cuño se mezclan las dos cuestiones.

El pasado domingo pude ver un repugnante reportaje en la Primera de TVE en el que se intentaba manipular el muy evidente tráfico de opio y heroína que han venido haciendo los talibán desde principios de la pasada década, para añadir más leña al fuego de esta guerra. Nada nuevo bajo el sol, pues en su día ocurrió lo mismo con Pakistán o ha venido sucediendo desde los años sesenta en incontables países para financiar todo tipo de guerras y movimientos de contrainsurgencia, en todos y cada uno de los casos con la anuencia de los EEUU. Sólo cuando el Departamento de Estado cambia de talante con respecto a este o aquél país -como ocurrió con Noriega y Panamá en su día- vienen los obedientes medios a recordarnos que se trata de peligrosos narcotraficantes.
Poco importa que -como decía uno de los más bien miserables afganos que aparecían en el reportaje- los narcodólares estén en bancos de Barbados, Islas Caimán, Antigua, las Islas del canal, Gibraltar, Mónaco o EEUU. Los autores del reportaje machacaban sin descanso:los talibanes son los peores narcotraficantes del mundo. Que más da que la Alianza del Norte, los pakistaníes, los uzbekos, los chechenos y todos los países de la zona hagan lo mismo con mayor o menor descaro, si de lo que se trata no es de informar, sino de que demos nuestro asentimiento a esta carnicería.

Por si a alguien le quedara alguna duda de que nuestros medios de comunicación de masas se comportan habitualmente como una extensión del Miniver orwelliano, este artículo de Michael C. Ruppert debería ayudar a que ciertas vendas cayeran de ciertos ojos. Me limitaré a traducir una parte del artículo. El resto, para los que sepáis inglés. En fin, no sé si lo leí por aquí, pero los telediarios deberían llevar estos días una advertencia, como algunos fármacos (tómese con precaución, consulte a su médico, etc.)
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- En un caso de la más escandalosa de las propagandas, la agencia de noticias PTI, de Nueva Delhi, publicaba una historia el pasado 4 de octubre bajo el siguiente titular: "Laden planeaba sembrar el caos en EEUU mediante una super heroína" El párrafo principal rezaba así:

'El terrorista más buscado, Osama Bin Laden, había planeado el desarrollo de una "super heroína" para exportarla a EEUU y Europa Occidental y así sembrar el caos en la región mucho antes de los criminales ataques del 11 de septiembre. La red de terror de Osama bin Laden ha intentado desarrollar una forma de heroína de alta potencia con el fin de exportarla a los EEUU y Europa Occidental, según publicaba hoy un importante rotativo norteamericano citando fuentes de inteligencia de aquel país'

Esta es una de las patrañas más escandalosas que he leido en mi vida. Me especialicé en la heroína cuando trabajaba en el Departamento de Policía de Los Angeles, y también recibí entrenamiento al respecto en la DEA en 1976. No existe nada parecido a una "super heroína". La heroína es diacetilmorfina, un producto químico. Si en su mejor calidad es pura al 100% se suele cortar al menos cuatro veces, cada una de ellas al 50%, llegando a una pureza del 6,25% cuando se vende en la calle. No existe una forma de fabricarla más potente a menos que se corte
menos, lo que automáticamente supone una pérdida de beneficios para el vendedor callejero. Son los intermediarios y los vendedores de escalas inferiores los que cortan el producto, no el fabricante. Es mucho más fácil pasar 1 kg. de heroína pura desde Afganistán hasta Uzbekistán, Pakistán o Turquía que hacerlo con 8 kilos cortados al 6,25%. Harían falta ocho veces más aviones y camiones para esto.
Cada vez que un intermediario corta la heroína, obtiene el doble para vender.
Esta invención de los medios implica que Osama bin Laden controlaría el tráfico de drogas al menudeo en los ghettos negros de Nueva York y Los Angeles, así como los barrios residenciales de San Francisco y Chicago. Sería la única forma de llevar una "super heroína" a las calles de EEUU.

¿Y qué hay del hecho de que -según la DEA y el departamento de Justicia-
más del 60% de la heroína que llega a los los EEUU viene de Colombia?
También controla Bin Laden a los colombianos?

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